La fiesta de San Isidro y el significado de las flores

Las flores desempeñan un papel fundamental en la Fiesta de San Isidro, la celebración más emblemática de Madrid, que cada 15 de mayo rinde homenaje a su patrón, San Isidro Labrador. Entre todas, el clavel destaca como símbolo de identidad y tradición, especialmente en el atuendo de las chulapas.  

El clavel no solo adorna el cabello de las chulapas; también comunica mensajes sobre el estado sentimental de quien lo porta. Esta tradición, que se remonta al siglo XIX, convierte a la flor en un discreto código social:

• Dos claveles blancos: indican que la mujer está soltera.
• Un clavel blanco y uno rojo: señalan que está comprometida o tiene pareja.
• Dos claveles rojos: representan a una mujer casada.
• Dos claveles rojos y uno blanco: significan que la portadora es viuda.

Además de su significado simbólico, el clavel es una flor resistente, ideal para las largas jornadas festivas bajo el sol madrileño. Su durabilidad y viveza lo han consolidado como emblema floral de estas fiestas. 

Durante las festividades, Madrid se engalana con flores. La Pradera de San Isidro se convierte en el epicentro de la celebración, donde los asistentes disfrutan de verbenas, música y gastronomía típica. Los puestos de flores y los ramos coloridos son una constante, reflejando la alegría y el espíritu comunitario de la ciudad. 

Además, iniciativas como el “Clavel Solidario” permiten a los ciudadanos celebrar mientras apoyan causas sociales, como la inserción laboral de personas sin hogar. 

Las flores, especialmente los claveles, son más que adornos en las Fiestas de San Isidro; son portadoras de historia, cultura y emociones. Cada año, al vestir el traje de chulapa o al regalar un ramo, los madrileños renuevan su vínculo con una tradición que sigue floreciendo con fuerza y significado.